Alergia al polvo: cómo protegerte

Para las personas alérgicas, lidiar con el polvo es más que una tarea doméstica. Es una batalla permanente.

Para protegerte de la alergia al polvo, limpia tu casa regularmente. Quita el polvo de los muebles con un paño húmedo o espray de limpieza al menos una vez a la semana. Espera a que el polvo se asiente antes de usar la aspiradora. Trata de usar un filtro HEPA o una bolsa doble en tu aspiradora para atrapar también los alérgenos. También lava las alfombras regularmente y las cortinas dos veces al año.

La limpieza es especialmente importante en el dormitorio, un paraíso para el polvo. Las almohadas y colchones pueden ocultar ácaros microscópicos del polvo, la causa principal de alergias relacionadas con el polvo. Lava la ropa de cama en agua caliente, aspire el colchón y el somier (y alrededor de la base) y debajo de la cama. Para mayor protección, quita los cojines decorativos y animales de peluche, usa fundas a prueba de ácaros de polvo en las almohadas y colchones y considera quitar las alfombras de los pisos.

La lucha contra el polvo no termina ahí. En cada habitación, puedes minimizar el desorden y las chucherías que recogen polvo así como cerrar las ventanas para evitar levantar el polvo en el aire. Protégete de la alergia al polvo con estos consejos, y recuerda que la mejor defensa es la limpieza.

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